CONSTITUCIONALISMO PRIMIGENIO
(S. XIII- XVII)
Siendo ésta la reconocida como fase inicial del constitucionalismo, reluce indubitablemente con insignes autores a la talla de Juan Bodino, Charles Louis de Secondat (más conocido como Montesquieu), y al propio Nicolás Maquiavelo; demostrando así, que la época fue una verdadera precursora de la causa, sin mencionar que de aquí fecundan países cardinales en el mismo desarrollo inaugural constitucional, mostrándose, esencialmente, Francia, Inglaterra y el Reino de Hungría como los neonatos de éste movimiento que poco a poco iba a enmarcar un hito en la historia de la humanidad.
Paises clave en el constitucionalismo primigenio
Proceso histórico
Estalla la guerra otra vez con Francia (1202)
El Rey Felipe II de Francia emprendió el asalto de Normandía lo que terminó con el colapso del imperio del Rey Juan I de inglaterra en el norte de Francia en 1214 en la Batalla de Bouvines.
Esta batalla dio más fuerza a la rebelión de los barones ingleses contra Juan. Cuando este regresó a Inglaterra, se enfrentó a una sublevación por parte de muchos de los barones- descontentos con sus políticas fiscales y su trato con muchos de los nobles más poderosos de Inglaterra.
Juan I de Inglaterra Vs. Aristocracia Feudal (1215)
La revuelta de los barones fue una guerra civil en Inglaterra en la que un grupo de barones rebeldes, liderados por Robert Fitzwalter y respaldados por el ejército francés bajo el mando del futuro Luis VIII de Francia, se declararon en guerra contra el rey Juan l de Inglaterra. La guerra se debió a la negativa del rey a aceptar y acatar la Carta Magna que había sellado el 15 de junio de 1215 y los rebeldes
Andrés II de Hungría Vs. Nobleza (1222)
El rey Andrés II Encabezó la Quinta Cruzada a Tierra
Santa en 1217, creando para ello el mayor ejército real de la historia de las cruzadas (20.000 caballeros y 12.000 guarniciones). Andrés intentó afrontar estos gastos elevando los impuestos a los siervos, esto perjudicó los ingresos de la pequeña nobleza, que se rebeló contra el rey. En 1222 forzaron al monarca
a firmar la Bula de Oro, la primera constitución de Europa Continental.
Comienzan las discordias en el reino de Francia (1540-1550)
Las discordias empiezan en los años 1540 y 1550 debido a destrucciones iconoclastas cometidas por protestantes de objetos del ritual romano que los católicos consideraban sagrados: reliquias, custodias y estatuas de santos. A finales del reinado de Enrique II, el conflicto se politiza y al morir el rey en 1559, los partidos religiosos se organizan para preparar sus estructuras militares. Las guerras de religión comienzan en 1562 y prosiguen, con intervalos de paz, hasta 1598, al promulgarse el Edicto de Nantes.
Guerras de religión y el Edicto de Nantes (1562-1598)
Las Guerras de Religión fueron ocho conflictos civiles que se desarrollaron en Francia entre 1562 y 1598. Estos enfrentamientos comenzaron debido a las rencillas entre católicos y hugonotes (calvinistas), quienes recibieron el apoyo de distintas casas nobiliarias como los Borbón y los Guisa, así como de países extranjeros.
Enrique de Navarra, líder de los hugonotes, se convirtió en el nuevo rey de Francia. Aunque hubo reticencias por parte de la Liga Católica, el recién nombrado Enrique IV se adhirió al catolicismo en julio de 1593, lo que le otorgó el reconocimiento de los católicos. El 13 de abril de 1598 se firmó el Edicto de Nantes, que puso fin al problema religioso y otorgaba la libertad de culto a los hugonotes.
Los monarcómacos (1572)
Tras la Matanza de San Bartolomé (1572), el partido hugonote produjo gran cantidad de obras políticas. Junto a la argumentación constitucionalista podemos encontrar una nueva línea de justificación de la limitación del poder regio, fundada en principios filosóficos políticos que se resumen en dos ideas:
Los reyes fueron creados por la sociedad para su servicio.
Debe ser la sociedad la que defina la función regia y controle su ejercicio.
La doctrina de la resistencia al poder y el pacto originario en Vindiciae contra tyrannos- Duplesis-Mornay (1579)
Para defender sus posiciones respecto a la monarquía de los Valois, los calvinistas franceses o hugonotes necesitaban justificar su derecho de resistencia. No obstante, no podían recurrir a argumentos religiosos, ya que Calvino había negado reiteradamente ese derecho, dado el carácter divino del poder real. Esta negativa y la necesidad de conseguir aliados entre otros descontentos (aunque no fueran calvinistas) les llevaron a buscar justificaciones seculares. Con dicha intención, elaboraron una interesante literatura política de oposición a la monarquía absoluta, basada en la defensa de la monarquía limitada. En ella, podemos encontrar dos líneas temáticas:
• La primera encontró justificación en argumentos constitucionales e históricos. Pretendía demostrar a partir de pruebas históricas que la monarquía francesa era en origen una monarquía limitada y que el absolutismo era una corrupción inadmisible.
• La segunda tenía una base más filosófica. Afirmaba que la monarquía absoluta era una institución contraria a los principios de un recto gobierno fundado de acuerdo con el Derecho Natural.
Rey Carlos I de Inglaterra Vs. Parlamento (1628)
En 1628, alarmados por el ejercicio arbitrario del poder real, la Cámara de los Comunes enviaron a Carlos I la Petición de derecho, demandando la restauración de sus libertades. Aunque aceptó la petición, Carlos I disolvería el parlamento y gobernaría sin él por once años. Fue sólo hasta después del desastre financiero de las Guerra de los Obispos (1639-1640) que fue forzado a convocar al parlamento para que pudieran autorizar nuevos impuestos. Esto resultó en la formación de asambleas conocidas históricamente como el Parlamento Corto de 1640 y el Parlamento largo, que se reunió con varios recesos y en varias formas entre 1640 y 1653.
Grand Remonstrance (1641)
En noviembre de 1641, la Cámara de los Comunes aprobó el Grand Remonstrance, que era nada menos que una lista de denuncias contra todos los abusos de poder en los que Carlos había incurrido desde el principio de su reinado. La tensión se vio aumentada cuando los Irlandeses se rebelaron contra el dominio inglés protestante (dominación política, social y económica del antiguo Reino de Irlanda por una minoría de grandes terratenientes, el clero dominante y profesionales, todos miembros de la iglesia oficial) y los rumores de la complicidad de Carlos llegaron al Parlamento. Se armó un ejército para aplastar la rebelión, pero muchos miembros de la Cámara de los Comunes temieron que Carlos pudiera utilizarlo más adelante contra el mismo Parlamento.
Tensión entre el Rey y el Parlamento (1642)
El Parlamento largo fue caracterizado por el número creciente de críticos del rey que participaba en el. El más prominente de estos críticos en la Cámara de los Comunes era John Pym. Las tensiones entre el rey y su parlamento alcanzaron un punto álgido en enero de 1642 cuando Carlos I entró sin éxito a la Cámara de los Comunes para intentar arrestar a Pym y a otros cuatro miembros por su argumentada traición. Los cinco miembros habían sido avisados de esto y cuando Carlos I entró a la cámara con un grupo de soldados, ellos ya habían desaparecido. Carlos I fue humillado aún más cuando le preguntó al Vocero, William Lenthall, su ubicación y éste se negó a revelarla. Desde entonces, las relaciones entre el rey y su parlamento se deterioraron aún más.
Todo esto dio lugar a la guerra de Edgehill y al comienzo de la guerra civil inglesa.
Renovación del concepto de constitución (1688)
Carlos II murió en 1685 y fue sucedido por su hermano Jacobo II. Durante su vida Carlos había jurado lealtad a la Iglesia Protestante de Inglaterra, a pesar de sus simpatías católicas privadas. Jacobo era abiertamente católico e intentó levantar la restricción sobre los católicos para ocupar puestos públicos. Sin embargo se encontró con la fuerte oposición de los protestantes en su reino. Cuando la guerra civil se volvió una posibilidad inminente, Jacobo huyó del país. El parlamento le ofreció entonces la corona a su hija protestante María. El parlamento tomó esta oportunidad para aprobar el Acta de Derechos de 1689 y el Acta de Establecimiento de 1701. Estos eran estatutos que legalmente mantenían la prominencia del parlamento por primera vez en la historia inglesa. Estos eventos marcaron el inicio de la monarquía constitucional inglesa y su subordinación al parlamento
Desde la Revolución de 1688, la piedra angular de la constitución británica ha sido tradicionalmente la doctrina de la Soberania Parlamentaria, según la cual los estatutos que se aprueban por el Parlamento son la fuente suprema y última de su ley (la del Reino Unido)